¿Cuántas veces hemos juzgado nuestras emociones? ¿Por qué siento rabia, tristeza, miedo? No debería sentirme así, debería sentirme diferente. Y qué tal si en lugar de cuestionarme todo el tiempo, me permito sentir todo sin juicio.
Cuando empecé a hacerlo de esta manera me di cuenta que hemos pasado tanto tiempo negando lo que nos pasa, tratando de ocultarlo, de olvidarlo, de sentirnos diferente. Tanta energía gastada en ello y al final lo único que hemos conseguido al reprimir esa energía es encapsularla en nuestro cuerpo perpetuando su existencia.
Pero cuando elegimos el camino contrario de sentir, liberamos esa energía reprimida de nuestras emociones, permitiendo que se vaya. O acaso no les ha pasado que después de sentir profundamente una emoción se conectan con esa profunda sensación de paz.
Así que la pregunta que hoy puedes hacerte a ti mismo: ¿Me estoy permitiendo sentir realmente lo que está sucediendo conmigo? Y date un momento de conectar con tu cuerpo, porque ahí encontrarás la respuesta.
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